sábado, 9 de junio de 2007

FÚTBOL DE HOY


Furchi arruinó un partido trascendental (Chicago 1 vs River Plate 2)


La vergüenza continúa

(Por Roberto C. Neira). Un nuevo escándalo que seguramente quedará en lo anécdotico se registró hoy sobre el final del partido que enfrentó a Nueva Chicago y River Plate en Mataderos.

Este sucedió debido a la intemperancia de los jugadores y técnicos que no miden las consecuencias de sus actos en un partido de fútbol al que consideran, por razones económicas y no deportivas, una cuestión de vida o muerte.

Vivimos días difíciles en un país donde la sociedad vive en un coma profundo, aletargada, maniatada, distraída por los hechos de la coyuntura, cuya reacción es violenta, sobre todo, cuando los fallos de una justicia que se supone justa, no son de su agrado.

La mecha del explosivo siempre está colocada y lista para ser encendida, solo falta quien le acerque un fósforo...

Para resumir lo sucedido en la cancha de Chicago he aquí una lista de culpables no comparecientes e individuos cuya incapacidad mental no les permite medir las consecuencias de sus acciones que incitaron a la violencia en el partido de referencia:

1. Los jugadores de River Plate y el técnico Pasarella con sus protestas dieron vuelta un fallo: la sanción de un tiro libre fuera del área por un penal. Ética y moralmente deplorable por la utilización de métodos ajenos a la competencia deportiva. Varios de ellos sabían que no había existido el penal, sin embargo, continuaron con la farsa.

2. El árbitro Rafael Furchi, que había sancionado un tiro libre fuera del área, ante la presión y las quejas de los jugadores de River hace la consulta al juez de línea. Indecisión y falta de personalidad.

3. El línea asegura haber visto con claridad que la acción fue dentro del área cuando el incidente ocurre del otro lado del campo. A ras del piso y a 60 metros de distancia es poco menos que imposible determinar la caída de un jugador sobre la línea demarcatoria. El árbitro estaba más cerca. Incapacidad y carencia de sentido solidario con su compañero.

4. Los periodistas de campo que trabajan para la TV después de ver la repetición confirman al técnico de Chicago que no fue penal. Intromisión directa para presionar a los participantes con objetivos inconfesables.

5. Los jugadores de Chicago y de River Plate se manosean y con sus protestas interrumpen la sanción del penal por 15 minutos. Violencia, grosería e incultura transmitidas al público.

6. Los de Chicago le piden al árbitro que consulte a la TV... Profesionales que desconocen el reglamento. La repetición de las jugadas (replay) no es una herramienta técnica autorizada para sancionar los fallos.

7. El técnico de Chicago, Ramacciotti, ordena a los jugadores suplentes invadir el campo de juego para interferir la sanción del penal que debió ser ejecutado dos veces. Mal ejemplo, deslealtad y bravuconería.

Un cóctel de insensateces para una actividad mal llamada "fútbol o espectáculo deportivo" que pide a gritos su suspensión hasta que se encuentre una fórmula que pueda detener el desmadre causado por el lamentable comportamiento de quienes participan y la violencia irracional que acompaña a menudo a cada competencia.

Barajar y dar de nuevo es la única solución, pero está claro que para la AFA, los clubes, los dirigentes y los funcionarios oficiales (Ministerio del Interior, Coprosede, etc.) que controlan las actividades deportivas, el "negocio" está antes que cualquier otra cosa.

Por lo tanto, no hay por qué dudar que continuaremos asistiendo a estos espectáculos escandalosos y violentos que el fútbol nos brinda a diario, quedando como única alternativa rogar para que "la fatalidad" no siga sumando nuevas víctimas.