viernes, 12 de diciembre de 2008

EL LADO OSCURO DE CLARÍN DEPORTES

LAS MANCHAS SON DE TINTA

"Si planteáramos el problema al individualismo liberal, nos contestaría con énfasis que ninguna traba puede oponerse a la expresión y difusión de las ideas, cualesquiera que ellas fueren, sin discriminación alguna, siempre que el ejercicio de ese derecho no significara obstáculos para que los otros integrantes de la sociedad pudiesen hacer lo propio..." Es evidente, sin embargo, el error y el peligro en que se incurriría. Nadie puede negar que existen ideas falsas o perniciosas que en alguna medida pueden extraviar o perjudicar a nuestros semejantes. La emisión de tales ideas debe someterse a un a prudente regulación legal. Más aún: la idea que llega a arraigarse tiende a convertirse en acto. Hay evidente relación de causa a efecto entre el pensamiento y la acción, y es principìo unánimemente admitido que las ideas van adentrándose en la mente y en el espíritu, ejerciendo su señorío, al punto que se termina viviendo como se piensa. Conclusión: a un sistema de ideas peligrosas o extraviadas, corresponderá necesariamente una actividad peligrosa o extraviada en perjuicio de la sociedad en que se actúa" (Juan Casiello, Derecho Constitucional).


(Por Roberto C. Neira). Decía y con mucha razón, el recordado maestro de periodistas, Dante Panzeri:

"El periodismo es el primer preceptor en la escuela de la vida (para mal o para bien, y para las dos cosas a la vez)". Pero desgraciadamente el periodismo, y muy en particular el deportivo, ha tomado la cómoda posición de autorrelevarse siempre de culpabilidad y participacionismo en los delitos anónimos o colectivos. Por sistema, descarta su vinculación con todos ellos. ¡Pero cuánto tiene que ver con todos ellos! ¡Cuánto tiene que ver con los múltiples delitos del fútbol y su hipertrofia total!"

Panzeri remarcaba hacia fines de la década de los ´60, un comentario de la revista Confirmado (16/11/67), al que consideraba de sorprendente valentía al autoenjuiciar la enorme culpa de los periodistas en lo que consideraba "una gran estafa colectiva a la credulidad popular".

El mérito de la nota consistía en atribuir al fútbol uno de los mayores equívocos que padecía el país y al periodismo la responsabilidad de la creciente desaparición de la opinión crítica y su reemplazo por la adulación empalagosa a través del reportaje constantemente recolector de tonterías, con las que los actores del fútbol se disfrazan de genios relatando cuatro sandeces y los periodistas se hacen progresivamente mejores dactilógrafos con menos opinión que la misma máquina de escribir.

Pasaron cuatro décadas y el maestro ya no está. Pero lo más difícil es entender por qué su legado es pisoteado todos los días por los mismos que dijeron defender sus valores, su honestidad profesional, y hoy se llenan la boca para recordarlo en cuanta oportunidad se les presenta haciéndose eco de su discurso pero jamás cumpliendo a rajatabla con las prerrogativas que el mismo daba en sus escritos, en sus declaraciones y en sus cátedras.

En la actualidad, los periodistas deportivos continúan trabajando como asalariados de las empresas pero parecen tener amplia libertad para instalar sus propios quioscos dentro del mostrador periodístico. He aquí un ejemplo concreto de cómo funcionan.

En el Clarín deportivo de hoy, viernes, 12 de diciembre de 2008, se publica una denuncia con el título "Juego sucio" que sugiere mucho más de lo que realmente dice y está acompañada de una volanta que expresa:

"Apareció una mancha en la definición del torneo Apertura, Allegados a San Lorenzo se contactaron con integrantes de la barra brava de Argentinos para que estos intenten convencer a los jugadores de su club para que el domingo se dejen ganar".

Lo asombroso de estas aseveraciones es que contrariamente a la costumbre del diario, la nota, que ocupa la tapa y las dos páginas siguientes no lleva firma. No hay un redactor responsable de estas supuestas versiones o trascendidos pese a sostener que los hay de distintos matices.

El escritor anónimo asegura que el hecho ocurrió y hace mención a una conversación con el jugador de Argentinos Juniors Matías Caruzzo.

Analizando las diferentes circunstancias que llevan al contenido de la nota y a su estilo periodístico y partiendo de la premisa de que el autor no se ha atrevido a dar la cara para avalar el contenido, podemos considerar que:

Primero, la denuncia subraya que se trata de "una mancha" en la definición del torneo Apertura, lo que da la sensación que hasta hoy el campeonato fue una justa inmaculada y transparente y que nada empañó su desarrollo.

Vale la pena recordar que hace una semana arreciaban las críticas y denuncias sobre dudosos fallos de los árbitros en los partidos cuyo protagonista principal fue Boca Juniors, resultados que sirvieron para que los xeneises, ubicados a ocho puntos de San Lorenzo en la 13º fecha pudieran remontar hasta alcanzarlo y superarlo por dos puntos en la 17º.

Queda claro entonces que con esta acusación se ocultan las suspicacias creadas alrededor de Boca y los árbitrajes dudosos. El último domingo la buena actuación del árbitro Collado en La Plata, le significó al equipo de la ribera resignar dos puntos valiosos para su consagración.

¿Cuando los jueces actúan bien por qué Boca no puede ganar?

Segundo, el relato de los acontecimientos en cuanto a la participación de San Lorenzo en el intringulis, hace hincapié en varios párrafos en la palabra "allegados" (la palabra significa seguidores, simpatizantes o partidarios), mientras que al mencionar a Argentinos no habla de "allegados" sino de "barras".

Debemos imaginar entonces que si los de San Lorenzo no son "barras" que fueron a tratar con otros "barras" (una lógica relación) el autor de la crónica está planteando la posibilidad de que los "allegados" puedan ser dirigentes o personas cercanas a la C.D. del CASLA lo que desde todo punto de vista no sólo agrava la situación en cuanto a la deshonestidad del acto, sino que además ensucia gratuitamente la imagen de la institución de Boedo.

Grotesco, torpe y ordinario batifondo ha armado este incógnito periodista.

La noticia, por donde se la mire, huele a pescado podrido. Es obvio que el objetivo es ensuciar la participación, en este caso, del Ciclón, y echar sospechas sobre la actuación de sus dirigentes.

Lo inaudito que es que este periodista cuente con el aval de un jefe de redacción y que la sección Deportes de Clarín se ha prestado a garantizarlo como válido.

En el deporte, la incentivación existe (y no es pecado) y el soborno también. Los jueces (árbitros) son seres humanos y sucumben a las tentaciones terrenales. Los hay buenos y los hay malos, los hay honestos y deshonestos. Nada de esto se puede negar.

Pero un medio de la categoría de Clarín no debiera arriesgar su prestigio publicando denuncias anónimas en base a versiones o trascendidos.

Desde el punto de vista periodístico esto es de una pobreza realmente alarmante. Y como tal merece el más absoluto rechazo.