Volvió Riquelme...
vuelve la "alegría" a Boca
Muchos hinchas del cuadro de la ribera están preocupados pensando quién reemplazará a Riquelme el día que se retire de las canchas de fútbol, porque no hay en el horizonte alguien que tenga su "ángel", ese "don" que lo califica como el jugador más "familiero" del fútbol argentino. Los reemplazantes actuales, Gaitán y Gracián, hacen todo lo posible por parecerse a él en sus actitudes, pero la verdad es que no hay quien lance escupitajos como Román. Ni siquiera poniendo cara de amargados y preocupados, hace que los hinchas olviden al 10. Mucho menos jugando. ¿Quién podría parar la pelota de espaldas al arco contrario y alargarla con la uña del dedo gordo del pie para que no se la quiten como él lo hace? ¿Qué otro jugador puede hacer un cambio de frente en un contrataque pasándole la pelota a su propio arquero como él? ¿Qué jugador hay en Boca que patee los penales de la forma que él los ejecuta?
Tampoco hay alguien que se haga querer por sus compañeros como Riquelme; un tipo que se juega siempre a favor de sus "amigos" del plantel, trasladándole las inquietudes al presidente del club de la ribera, sin necesidad de hablar antes con el técnico. Porque no hay ninguna necesidad de intermediarios... ¿para qué? Román tiene siempre las puertas abiertas del despacho del mandamás del club. En él confían, porque necesitan un líder que les traiga las novedades de primera mano. Y si no vean las demostraciones de amor que le brinda Figueroa cada vez que pierde o hace un gol. Esa sonrisa pícara y ampulosa dedicada exclusivamente a Riquelme, porque por él pasan todas las apetencias y deseos de éxito del jugador importado del Génova. Riquelme lo banca y se acabó... El que anda bien con Riquelme tiene el futuro asegurado. Y esto lo sabe también Carlos Ischia, que lo tiene como un niño mimado. Por eso, el coro de lamentaciones de hinchas y jugadores pensando en el día que Riquelme colgará sus botines y dejará de lanzar escupitajos. Hasta el pasto lo va a extrañar...
Clarín Digital: http://www.clarin.com/diario/2009/05/17/um/m-01919865.htm
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